Es la escuela más antigua de la
ciudad. Se puede decir que nació con ella, puesto que el Gobierno de la
Provincia imbuido de la necesidad de que la niñez de este nuevo pueblo se
instruyera, crea el 28 de febrero de 1914 la Escuela Fiscal Mixta, por
iniciativa del legislador Ingeniero Nicolás Fernández Ponce.
Se inaugura el 27 de marzo de ese
año y su primera directora fue la señorita María Etelvina Rodríguez, secundada
por la señorita Carmen Ocampo. Ambas dan gran impulso a la educación en las
mentes vírgenes de 101 niños, que son los primeros inscriptos, un número
elevado si se tiene en cuenta la pequeñez de nuestra ciudad en ese entonces.
La escuela está rotulada como de
“Segunda Categoría” y funciona en dos turnos en la esquina de Colón y Belgrano.
En 1918 es trasladada al edificio propiedad de Don Julián Núñez, sito en calle
Madrid -hoy 25 de Mayo- entre Belgrano e Italia.
En 1920 es conducida al local
ubicado en Sarmiento esquina General Paz, propiedad de Cirilo Agüero. Allí
funciona hasta 1924, año en que es trasladada definitivamente al edificio
fiscal construido al efecto, en calle Roma 369 -hoy 9 de Julio-. En ese
entonces era su directora la señora Andrea de Desiderio, quien cuenta con cinco
maestras de grado que la secundan.
En 1929 es nombrada directora, por
Decreto de fecha 23 de enero, la señora Lucía Aballay de Núñez, y en 1930, en
la misma fecha, el Honorable Consejo General de Educación autoriza, de
conformidad con lo solicitado por la directora, el nombre de “Bernardino
Rivadavia” para esta escuela que tiene una inscripción de 225 alumnos.
En 1935 se autoriza el
funcionamiento de 5º grado, y por Decreto “A” Nº 40.816 de fecha 1º de agosto
de 1938, el Honorable Consejo General de Educación, la eleva a “Primera
Categoría”.
En 1946 tiene una matrícula de 400
alumnos y por ese entonces se dedican con vocación a su tarea de docente,
maestras de recordada trayectoria como Ercilia de Batle, Elena David, Aurelia
Lurá de Herrero, Emilde Tesio de Galíndez, María E. López de Aramburú, etc.
En 1950 se amplía la planta
funcional con nuevos nombramientos y traslados de maestras, entre las que se
encuentran María Celina M. de Márquez, Vidalina T. Isaía de Legaz, Clelia Niño
de Candela y las primeras maestras de ramos especiales: Teresa Chá de Vicente,
de “Labores”; Ilda Siadis de Anchidín, de “Trabajos Manuales”, Antonia Sala, de
“Dibujo”, y María Ana Torres, de “Música”.
Es en ese entonces, una escuela de
gran prestigio por la calidad de la enseñanza y de sus educadoras, llegando a
tener en 1953, con la Dirección de Francisco Franco, una inscripción de 430
alumnos. Por esa causa en 1955, el Delegado Municipal, Alberto Miranda, cede
gentilmente en préstamo el edificio de la Escuela Municipal -hoy Museo “Perito
Moreno”- para que funcionen dos secciones de grado del establecimiento, por ser
insuficientes las aulas que se poseen en él.
De esa manera llegan las “Bodas de
Oro”, en el año 1964, en que se inaugura, con fecha 31 de marzo, el Jardín de
Infantes de la escuela, siendo su primera directora interina la señorita Ana
María Aichino, siendo reemplazada luego por la titular señorita Leonor Folino.
Pasaron los años… y con ellos hubo
muchos cambios… pedagógicos, materiales, humanos, edilicios… y sus docentes
siguen trabajando para mejorar el servicio educativo en todas sus dimensiones:
pedagógico – didáctica, organizativo – administrativo, económico – material y
socio – comunitaria… que permita a través del análisis situacional incrementar
y mantener las fortalezas superando las debilidades en beneficio de la calidad
educativa del establecimiento.
Es entonces directora del
establecimiento la señora Clelia Niño de Candela y los festejos cuentan con la
asistencia de altas autoridades de la provincia, como el Escribano Oscar Soto
López, el Dr. Ernesto Molinari Romero, la inspectora del Departamento Tercero
Arriba, Elina M. de Maffini, el senador provincial Dr. Vicente la Roca, el
entonces intendente municipal Oreste Dotta, con el Concejo Deliberante en pleno
y antiguas directoras como las señoras Andrea de Desiderio y Lucía de Núñez.
Fue una hermosa fiesta, que se desarrolló en un marco emotivo y alegre por el
recuentro.
En 1965, se inaugura la cantina
escolar, que continúa hasta la actualidad. Los años pasan en rápida sucesión, dejando el sabor agridulce de los
logros conseguidos, y de anhelos que quedan en el camino; años de labor
silenciosa, pero que levantan bien alto la bandera de la docencia por vocación,
la docencia que no escatima esfuerzos, que no baja la cabeza ante los
obstáculos, y sigue adelante dando todo de sí en bien de la niñez.
Así continúa la escuela subiendo los
peldaños de este siglo, y en ella se advierte el paso del tiempo, que deja sus
huellas difíciles de borrar. Prácticamente es imposible dar clases en los días
de lluvia, y en los normales, la humedad trepa las paredes rasgándolas de
arriba abajo. Fue Nelson Coletto, quien con su ofrecimiento de refracción a
nuevo de la escuela, hace volver la fe y el optimismo a los corazones.
Coletto y su esposa Delia Parsi de
Coletto, ex alumna de la escuela, donan, además de todo el mobiliario, un piano
de media cola, la vajilla, artefactos eléctricos, y hasta el mínimo detalle de
la cocina y del comedor escolar. También
libros, manuales, cuadernos, delantales, zapatillas, medias, etc. Todo sin
faltar absolutamente nada.
Tomado del Libro "Hernando en el Bicentenario", el cual se puede encontrar en el Museo y otro que está enterrado en el Mástil de la Plaza para abrirlo en el año 2110 o bien en 2060 para los 250 años de la Patria.
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