domingo, 21 de enero de 2018

Efemérides de Hernando - 21 de Enero

El 21 de enero de 1933 llegaron a Hernando las Hermanas Trinitarias.
El 21 de enero de 1933, todo Hernando se encontraba en la Estación del Ferrocarril para recibir a las jóvenes Hermanas Trinitarias: La Madre Elena, Sor María Humildad, Sor Caridad, Sor Cecilia, Sor María Ángeles y Sor Prudencia. En marzo de 1933, el sueño se concretaba, un pequeño colegio bautizado con el nombre de “Divino Corazón” abría sus puertas, en una modesta casa situada en la esquina de Colón y Belgrano de la ciudad de Hernando.

Escuela Divino Corazón

            A mediados de enero de 1933, después de largos días de navegación, desembarcaron en el puerto de Buenos Aires, seis religiosas de la “Orden Trinitaria” que venían de la lejana ciudad de Valencia, España, lugar donde se encontraba el Instituto “Santísima Trinidad” de donde ellas provenían.
            Ellas, seis jóvenes españolas, llenas de alegría y entusiasmo viajaron a nuestro país dispuestas a trabajar por Dios y ansiosas de anunciar el Santo Evangelio.
            Humildes, sencillas y obedientes a la voluntad de Dios no se radicaron en las grandes ciudades, continuaron su viaje rumbo a un pequeño pueblo en el interior del país donde un grupo de religiosos trinitarios habían requerido su presencia en el lugar.
            Luego de varios días de marcha, el tan ansiado acontecimiento se estaba acercando.
            El 21 de enero de 1933, todo Hernando se encontraba en la Estación del Ferrocarril para recibir a las jóvenes Hermanas Trinitarias. El recibimiento de la población fue magnífico y con todos los honores. Las campanadas sonaban, había bandas de música y ruidos de bombas. Una calurosa recepción les daba el pueblo de Hernando, feliz y orgulloso de recibirlas y adoptarlas como miembros de la comunidad.
            Pero, ¿Quiénes eran esas seis pioneras? La Madre Elena, Sor María Humildad, Sor Caridad, Sor Cecilia, Sor María Ángeles y Sor Prudencia. Cada una de ellas con su propia historia, distintas entre sí, pero unidas por un mismo deseo, fundar un colegio para niñas internas y externas.
            Luego de la feliz llegada, las Hermanas comenzaron a trabajar para cumplir con la maravillosa misión que el Señor les había encomendado.
            En marzo de 1933, el sueño se concretaba, un pequeño colegio bautizado con el nombre de “Divino Corazón” abría sus puertas, en una modesta casa situada en la esquina de Colón y Belgrano de la ciudad de Hernando.
Ellas, dispuestas a superar todas las dificultades con la guía de Dios iniciaron su tarea de educar en la libertad.
            En un principio, el Colegio Divino Corazón, comenzó su labor educativa con el nivel primario. Recién en 1946 se incorporan los más pequeñitos, es decir el nivel inicial.
            El colegio seguía creciendo con el paso de los años y era prioritario descubrir las necesidades de los alumnos y de la sociedad en la que estaba inmersa, sin descuidar el Carisma Trinitario, por ello en 1957 se implementa el nivel medio.
            Allí se formaron numerosas docentes que pasaron por las aulas y recibieron el título de Maestras Normales Nacionales. En 1978 los egresados obtienen el título de Bachiller y se suman los primeros varones, ya que desde hacía tiempo se venían incorporando paulatinamente, a los niveles anteriores.
            Las Hermanas abren en 1979 el nivel terciario, al que ingresan el primer grupo de señoritas que en 1981 egresarían con el título de Profesoras para la Enseñanza Primaria.
            En 1986 se incorpora en el nivel primario e inicial las asignaturas de inglés, folclore y computación, respondiendo una vez más a los cambios de la sociedad.     En 1987 se da apertura al pre-jardín, abriéndose en 1996 la sala de 3 años y luego en el 2001 la sala de 2 años.
            El paso de los años fue cambiando la realidad del Colegio “Divino Corazón”, lo ayudó a crecer y a madurar, no desde las decepciones o fracasos sino desde el amor inagotable de Dios y las Hermanas, es así, que surgen diversos proyectos que intentan responder a las necesidades de una sociedad cada vez más vertiginosa. Entre ellos podemos nombrar:
-  “Club Verde”, única entidad ecológica de nuestra ciudad, que desde su humilde aporte intenta formar ciudadanos responsables y activos en el cuidado del medio ambiente.
-  “Creciendo en Familia”, proyecto que propone trabajar juntos escuela – familia y poder completar la obra de Cristo, recorrer sus caminos, proyectar su verdad, testimoniar su vida, construir y reconstruir, afirmar y recrear, soñar y hacer.
-  Considerando a la  salud como un valor y un derecho, surge la necesidad de iniciar un proyecto específico: “Crecer Sanos” para que todos los que compartimos el mismo ambiente, especialmente la familia y la escuela, formemos  personas íntegramente sanas.
-  “Club de Lectores”, una propuesta que intenta que el niño tenga contactos con libros y el mundo maravilloso que ellos encierran. Es permitirle vivir su niñez desde las ilusiones y encantos, desde lo imaginario para poder así proyectarse a la realidad con una visión optimista de la vida.
-  “Murga Solidaria”, diez años logrando a través de la alegría transmitir un mensaje de esperanza y hacer participe a la comunidad local de actitudes solidarias para ayudar a los que más necesitan.
-  Convencidos de que toda persona debe ser considerada en su dignidad humana como un ser singular, con sus posibilidades y limitaciones, la integración de niños con capacidades diferentes, en la escuela común, requiere un fundamento pedagógico basada en una educación personalizada tendientes a estimular sus capacidades y cualidades en lugar de marcar sus dificultades, surge así, el “Proyecto de Integración”.
            Muchas  religiosas fueron las que pasaron dejando su estela en lo profundo del corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerlas y compartir sus conocimientos y vivencias, quien puede olvidar a Sor Jacinta, Sor Lorenza, Sor María del Carmen, Sor Antonia, Sor Mariana, Sor Delia María -única religiosa nacida en nuestra ciudad-, Sor Margarita María, Sor Antonina, Sor Estrella, Sor Imelda, Sor Fernanda.
            En el año 2002 el establecimiento educativo fue cedido por la Congregación de Hermanas Trinitaria al Obispado de Villa María, pero pese a estos cambios, las huellas imborrables de esas primeras pioneras que fueron capaces de dejar a sus familias y amigos, entregando su vida a Dios y educando a la luz del Evangelio, sigue siendo en el alma de quienes forman parte de la comunidad educativa, un claro ejemplo a seguir, para dar así, respuesta al requerimiento de tantos padres que confiaron y confían sus hijos a este colegio.

Tomado del Libro "Hernando en el Bicentenario", el cual se puede encontrar en el Museo y otro que está enterrado en el Mástil de la Plaza para abrirlo en el año 2110 o bien en 2060 para los 250 años de la Patria.

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