El 20 de Mayo de 1944 nació Luis Cabrera, (Pirulo) oriundo de Punta del
Agua, se radicó en la ciudad a los 13 años el 23 de Diciembre de 1957, junto a
su mamá María Cabrera y a don Atilio Rodríguez, después de comprarle el negocio
al Señor Ramón Sánchez.
Don Atilio Rodriguez y María Cabrera |
En la esquina de las calles 12 de Octubre y Almirante Brown, hay un
lugar histórico, que al fallecer don Atilio y luego su madre María, “Pirulo” se
hizo cargo del mismo para siempre.
El negocio en la esquina de Almirante Brown y 12 de Octubre tiene alrededor de 100 años |
Ahí, recuerdan muchos que en la década del 60 o 70 se juntaban los
muchachos del barrio a jugar a las bochas, a pasar la tarde, a compartir con
amigos.
Luisito es oriundo de Punta del Agua, pero casi el 90 por ciento de su
vida se ha desarrollado en Hernando.
De mi parte, además, de reconocer que nadie que haya vivido en los
Barrios San Martín, Las Flores, Illia no puede no haberse encariñado con su
trato, o si era de otro barrio si no era cliente oficial, no puede negar
haberse llegado a comprar los fines de semana o a la siesta, de cualquier día,
porque sabía que Luisito abría su negocio bien temprano y trabajaba hasta bien
tarde a la noche, con horario de corrido. Cosa que después cambió con el correr
de los años ya que empezó a cerrar más temprano por miedo a la inseguridad.
La infancia se adornaba comprando en el negocio de “Pirulo” porque él
tenía siempre algún verso o algún cántico con rima... Si ibas a comprar caldo
te decía: “Llegó mi tío Aldo, le voy a preparar un caldo”, y aunque quisieras
comer puflitos vos pedías tutucas para que él dijera: “vamos a comer tutucas
para las viejas pitucas” ...
Esa esquina, ese negocio donde menos carne encontrabas de todo, desde un
alfiler, pasando por una escarapela, un cuaderno, un presente, hasta la
mercadería, las masitas, el salamín y el queso, alimentos para los perros y
todo lo que se te cruzara por la mente.
Vos ibas ahí con un mandado de un objeto insólito y no importaba, vos te
ibas del negocio con el producto que te habían encargado.
Y si te olvidabas de algo, total estaba siempre abierto, no había ningún
problema.
La mayoría de las veces no ibas con bolsa porque cada cosa que
necesitabas te cruzabas a comprarlo.
Querido Luisito, para mi, querido “Pirulo” ícono del barrio San
Martín... Su humor era su particularidad más llamativa, su ternura, excepto que
lo visitaras en el mejor momento de una telenovela, ahí te preguntaba “que
querés y te lo daba rapidísimo para volverse a su cocina a ver esa escena que
estaba esperando” y si sabía que se la hacías perder, terminaba rezongando
entre dientes, porque eran épocas sin internet donde si no lo veías en el
momento, te lo perdías para siempre...
Además, allá por los noventa, cuando tener un teléfono era cosa de
pocos, se había convertido en una especie de “centro de comunicación”, todos
los vecinos pasábamos su número fijo y allí nos llamaban familiares o amigos que
vivían en otras ciudades. Algunos esperaban en línea mientras “Pirulo” se
llegaba a nuestras casas a avisarnos que fuéramos a atender, y otros quedaban
en llamar en cinco o diez minutos. Y cada llamada era todo un acontecimiento, y
era posible porque él era un buen vecino y no tenía problemas de compartir su
teléfono con los demás, desinteresadamente.
Por, eso, quizás, sin una foto tuya, quizás sin ninguna entrevista, pero con el
recuerdo de todos los que te conocemos, sos una parte de la historia de esos
lugares y personajes característicos de la ciudad, por lo que no podemos
dejarte afuera de nuestras efemérides.
Lic. Silvina Tissera
Comunicadora Social-Periodista
Lic. Silvina Tissera
Comunicadora Social-Periodista
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